19 agosto, 2013

El consumismo y yo, una historia de desamor

Hace unos tres años cuando Mister Storyteller se mudó me di cuenta de dos cosas, una era que mis finanzas estaban en un estado de deuda lamentable y la otra que literalmente tenía tantas cosas que no había espacio para las suyas. Ambas asuntos por supuesto estaban relacionados pero me costó tiempo y esfuerzo dame cuenta.

Yo solía comprar como un escape a diferentes problemas en mi vida: ¿mal día en el trabajo? me iré de compras, me lo merezco y para eso trabajo; ¿pleito familiar? me iré al centro comercial o la librería, ¿pelea con el novio? significa que momento de compraresa pañoleta que es preciosa pero no necesito, tampoco ayudaba que el ex tuviera la misma clase de apegos materiales y saliera corriendo a comprarme cosas cada vez que se sentía culpable, porque el consumismo es una enfermedad de esas que compartida se vuelve peor. Y bueno como obviamente los problemas nunca se terminan las excusas para comprar tampoco, lo que si se acaba por supuesto es la cantidad de efectivo que tienes para gastar pero cuando la adicción ataca la falta de dinero no importa sobre todo si cuentas con tus amigas las tarjetas de crédito que siempre eran pagadas pero nunca en totales por lo que no me daba cuenta del problema financiero que me estaba echando encima.

En ese momento decidí sacar algunas cosas para que Mister Storyteller pudiera meter las suyas le bajé un poco a las compras y di por zanjado el asunto. Me gustaría decir que ahí cambio la cosa pero los malos hábitos son difíciles de abandonar, sobre todo cuando no te has detenido a pensar seriamente el por qué tienes tal o cual conducta, así que a un año de mi shock inicial me encontré con muchas cosas y una deuda que además había crecido gracias a malas decisiones. Me di cuenta que no solamente me estaba dañando a mí sino a la nueva familia que estaba formando, tuve que pararme a pensar y admitir que para mi el comprar cosas era equivalente a recibir cariño y el comprarme cosas era una forma muy mala de quererme y fue necesario enfrentar esos vacíos emocionales de frente para solucionarlos de verdad y no con paliativos; al final me di cuenta que con el consumismo tiene una relaciones de esas donde alguien toma todo y no te regresa mucho a cambio.

Pero dándome cuenta de eso fue más fácil establecer que el nuevo camino la nueva forma de quererme era buscando unas finanzas sanas, medio seis meses después de eso cancelé mi primera tarjeta y un año después comencé a ahorrar, algo que nunca había hecho realmente.

Ya en el camino de un equilibrio descubrí que mi concepto de ganar bien había cambiado, ya no quiero ganar más para tener más, ahora sé que gano bien porque me alcanza para nuestro día a día, para ahorrar y ayudar a otros. Pero mi mayor logro ha sido cambiar mi actitud de compra poco a poco, primero di el paso de “esa cosa me gusta, puedo esperar a tener el dinero para comprarla y no endeudarme” y luego el paso grande “esa cosa me gusta pero no la necesito” al fin puedo decir que terminé mi romance con el consumismo y el comprar por la emoción de comprar.


En un siguiente post les estaré platicando al final que estoy haciendo con todas las cosas de más que había en mi vida y como ha sido el proceso de tener lo que necesito.

No hay comentarios.: